Avanzamos hacia otro modelo energético para afrontar la situación de emergencia climática y hay que trabajar para reducir la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Es fundamental, pues, hacer una transición energética y una descarbonización de la economía porque el modelo actual tiene unos costes muy elevados a nivel económico, social y para la salud de las personas.

 

La Unión Europea ha fijado para el 2030 una reducción del 40% de las emisiones; una penetración de las energías renovables sobre el consumo final del 32% y también una mejor eficiencia energética. Esta transición para cumplir con estos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), definidos en la agenda 2030 de las Naciones Unidas, debe garantizar el derecho social al acceso a la energía. Debe democratizarse, fomentando la participación ciudadana y de la pequeña y mediana empresa. Pero también tiene qeu de facilitar la producción de energías renovables autóctonas, distribuidas y cercanas a los puntos de consumo, que nos permitan abandonar el consumo de combustibles fósiles, que ahora son necesarios para la movilidad, para producir electricidad, y también modernizar la red y desarrollar herramientas tecnológicas para que la gestión sea más efectiva.

Desde el Ayuntamiento acompañamos cualquier iniciativa que vaya en la línea que nos permita afrontar estos retos.