Aplec de Terrassa

 

 

El nacimiento del ASERT fue una jugada magistral que ponía de manifiesto el valor por excelencia de la sardana: la unión, el contacto entre todas las personas, el hecho de estar todos juntos, sin distinciones. Dos mundos tan diferentes, en conflicto y choque frontal, como eran la agrupación Amigos de la Sardana y la entidad falangista Educación y Descanso, quedaban unidos por la sardana.

Fue una idea de Manuel Tobella, el concejal de Fiestas y Cultura del Ayuntamiento de Terrassa, una persona bien intencionada que se estimaba su ciudad y que trabajó mucho por la cultura terrassenca. Él y el alcalde lograron que la idea de unir a todos los sardanistas de Terrassa confluyera en la creación del ASERT, Agrupación Sardanista de Entidades Recreativas de Terrassa.

Estamos en los años sesenta y las sardanas en Terrassa son en pleno apogeo. En las fábricas se trabajaba tantas horas que los trabajadores casi vivían en el trabajo. Un recreo dominical era fundamental para conectar con las personas de sentimiento catalanista, para conocer gente, para conocer mundo... La unión de todos los trabajadores, que entonces eran muchísimos, significaba un punto importante del porvenir semanal, de la vida, los comentarios en catalán y en voz baja. La sardana era mucho más que una copla, un corro y unos bailarines.

«La sardana es integración, no diferencia ni edad ni condición social. Había gente de todo tipo y todos nos entendíamos, por eso es un factor de integración importantísimo en la ciudad y en el país. Esto ASERT lo ha sabido potenciar con fuerza. » Ramon Palau, director del Arxiu Tobella.