Electrificación del alumbrado público de Terrassa

Antiguamente, las calles de la ciudad al anochecer eran iluminadas mediante farolas de aceite, que un hombre llamado Josep Ventayol se encargaba diariamente de encender y apagar.

A principios de octubre del año 1842, Barcelona inauguraba la iluminación pública de gas. A pesar de disponer de varias propuestas, hasta junio de 1860 no se inauguró oficialmente la primera instalación de 97 farolas de gas en Terrassa, que llegaron a ser 700 en el año 1927.

Fue el empresario Francesc Giralt quien, sobre el año 1884, construyó la primera instalación eléctrica en la ciudad, en el Vapor Galí, donde poseían maquinaria los industriales Salvans Hermanos y Busquets. Tiempo después, el propio Giralt instaló luces en casa de su amigo, el relojero Salvador Arch, en la calle de la Font Vella, número 18.

En 1893, el Centre Industrial Terrassenc instala la iluminación eléctrica para particulares, en concreto en la tienda Biosca, la farmacia Coll y la barbería Neia, en la calle Sant Pere números 28, 26 y 22, respectivamente, y en cal Sanana de la calle Major.

Pero en aquellos años, poder disponer de electricidad era uno de los mayores lujos, solo al alcance de las casas más acomodadas.

En 1897, durante la celebración de las Fiestas del pueblo de Sant Pere, los señores Arch y Julià consiguieron instalar, no sin dificultades, el alumbrado eléctrico en los llamados entoldados.

Aunque Sabadell dispone de alumbrado eléctrico desde 1895, y Rubí desde 1897, Terrassa se abastece de gas para el consumo del alumbrado público y doméstico, dado que la introducción de la electricidad no parece que vaya a representar ninguna mejora significativa en ese momento.

En 1904, la Escuela Superior de Industrias ofrece el plan de estudios de la nueva titulación de Perito Electricista. En la Escuela de Artes y Oficios Municipal de Terrassa, en el tercer curso se estudiaba Electrotecnia elemental.

En 1906, la Compañía del Norte de ferrocarril anuncia la introducción de unos nuevos coches de segunda clase con todas las comodidades, incluyendo la iluminación eléctrica.

Fue en 1907 cuando se inauguró el alumbrado eléctrico en la calle Sant Pere, por medio de arcos voltaicos, y se tuvo que esperar hasta abril de 1924 para que la electricidad llegara también a las farolas de las calles de la Font Vella y Gavatxons. A partir de aquella fecha, el alumbrado eléctrico se fue extendiendo por otras calles de la ciudad, conviviendo aún con las farolas de gas hasta los años cincuenta.

(Fuente 1: Baltasar Ragón, Terrassa. Historiales y Efemérides, Terrassa, Talleres Gráficos Josep Ventayol Vilà, 1929)

(Fuente 2: Maria Galí Fuente, Breve anecdotario. Del inicio de la electrificación en Terrassa, Estudios Universitarios en Tecnología y Sociedad, curso 2019-2020)