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¿Cómo vemos los colores?
Cuando cambiamos los cartuchos de la impresora en color necesitamos tres cartuchos (cian, amarillo y magenta). Las pantallas de televisión, tabletas, móviles... tienen píxeles de tres colores (azul, verde y rojo). Hemos visto muchos experimentos en que la suma de luz azul, verde y roja produce luz blanca. En cambio, hemos estudiado que en la retina tenemos DOS detectores: conos y bastones. ¿Nos falta uno?
No, en realidad lo que ocurre es que tenemos tres tipos de conos.
Los más numerosos son los que responden a las longitudes de onda larga, denominados L, que poseen una sensibilidad centrada en 560 nm (amarillo-naranja). Una tercera parte son del tipo M, que responden a longitudes de onda media, con una sensibilidad centrada en 530 nm (verde). Y solo un 2 % son del tipo S, que responden a longitudes de onda corta, con una sensibilidad centrada en 430 nm (azul). La diferente sensibilidad a la luz es debida a las opsinas presentes en los diferentes conos: eritropsina en los conos L, cloropsina en los conos M y cianopsina en los conos S, y varía ligeramente en cada uno de nosotros. ¿Por eso discutimos tanto sobre los colores?
Así pues, ¿cómo se comportan los bastones?
Los conos son los "detectores" que actúan en presencia de luz. En situaciones de baja iluminación, los "detectores" que actúan son los bastones. Solo tenemos un tipo, con la sensibilidad centrada en 498 nm (azul-verde), y, por tanto, no disfrutamos de sensibilidad a los colores en ausencia de luz. De ahí el refrán: "De noche, todos los gatos son pardos".
Nuestra retina dispone de 120 millones de bastones y solo de 6 a 7 millones de conos.