Los animales domésticos sufren el calor. Y lo hacen especialmente los días en los que más se intensifica. De hecho, son mucho más sensibles a las altas temperaturas que las personas, porque carecen de glándulas sudoríparas. Regulan su temperatura a través de las zonas con poco pelo, como el abdomen, las almohadillas de las patas y la lengua.
Los síntomas de que nuestras mascotas pueden haber sufrido un golpe de calor son: respiración acelerada y forzada, temblores musculares, debilidad y aumento del ritmo cardíaco.
Estos son algunos consejos y recomendaciones que podéis seguir para protegerlos y procurar que las altas temperaturas no afecten su bienestar:
- Evitad salir a la calle al mediodía. Es necesario pasearlos a las horas más frescas del día, y que estén en zonas frescas y en la sombra. Si hace mucho calor, no deben hacer ejercicio.
- Mojad su cabeza y su cuerpo.
- No los dejéis nunca solos dentro de vehículos ni en ningún sitio cerrado sin ventilación. Aunque se dejen un poco abiertas las ventanas, pueden sufrir un golpe de calor.
- Refrigerad el ambiente de casa, si es posible.
- Siempre deben tener al alcance agua limpia y fresca. Renovadla varias veces al día, e incluso podéis añadir un cubito de hielo.
- Es recomendable que coman a primera hora de la mañana o al atardecer, durante las horas más frescas del día.
- Cortad el pelaje, cuando así os lo recomienden, ya que en muchos casos, también les protege.
- Cuidad las almohadillas. Caminar por terrenos áridos como el pavimento o la arena, que se sobrecalientan, puede provocarle heridas.
- Llevadlos a la clínica veterinaria en caso de que sea necesario.