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El Día Mundial de la Prevención del Suicidio, se celebra el 10 de septiembre. Está organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El objetivo es el de concienciar a la población mundial de la prevención del suicidio.
Según el contador www.worldometers.info en el apartado "Health" que se refiere a la salud mundial y en su ítem decimotercero que se refiere a los suicidios mundiales tenemos un contador en tiempo real con el número de muertes que hay por suicidio . Lo contabiliza de dos maneras: a diario y anual. Mirad aquí.
Según la OMS, cada año se suicidan alrededor de 700.000 personas en el mundo. Por cada suicidio consumado hay muchas tentativas de suicidio. En la población general, un intento de suicidio no consumado es el factor individual de riesgo más importante. El suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años. El 77% de los suicidios se producen en los países de ingresos bajos y medios. Y la ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y el disparo con armas de fuego son algunos de los métodos más comunes de suicidio en el mundo.
En Cataluña el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años. Durante el 2020, en Cataluña, murieron 217 personas debido al suicidio, en el conjunto de España 1,343. Más hombres que mujeres. Mirad aquí.
Si bien el vínculo entre el suicidio y los trastornos mentales (en particular, la depresión y el consumo de alcohol) está bien documentado en los países de altos ingresos, muchos casos se dan en personas que lo cometen impulsivamente en situaciones de crisis en que sus capacidades para afrontar las tensiones de la vida, como los problemas económicos, las rupturas de relaciones o las enfermedades crónicas, están mermadas.
Además, se ha demostrado que vivir conflictos, catástrofes, actos violentos, abusos, pérdida de seres queridos y sensación de aislamiento puede generar conductas suicidas. Las tasas de suicidio también son elevadas entre los grupos vulnerables y discriminados, como las personas refugiadas y migrantes; los pueblos indígenas; las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales, transexuales e intersexuales; y las personas reclusas. El principal factor de riesgo es, con diferencia, un intento previo de suicidio.
Es posible prevenir los suicidios adoptando medidas de determinados grupos poblacionales y del individuo. La OMS ha elaborado una guía para prevenir el suicidio llamada «Vive la vida» en la que se recomiendan las siguientes intervenciones de eficacia demostrada que se basan en la evidencia:
Estas medidas deben acompañarse de intervenciones básicas como un análisis de la situación, la colaboración multisectorial, la sensibilización, la creación de capacidad, la financiación, la vigilancia, y el seguimiento y la evaluación.
Las actividades preventivas exigen la coordinación y colaboración de diversos sectores de la sociedad, incluidos los de la salud, la educación, el empleo, la agricultura y la ganadería, el comercio, la justicia, el derecho, las fuerzas del orden, la política y los medios de comunicación. Estas actividades deben ser amplias e integrales, dado que ningún enfoque puede detener por sí solo una cuestión tan compleja.
La OMS reconoce que el suicidio es una prioridad para la salud pública.
El suicidio es también uno de los problemas que aborda prioritariamente el Programa de Acción Mundial para Superar las Brechas en Salud Mental (mhGAP, por sus siglas en inglés). Asimismo, los Estados Miembros de la OMS se han comprometido en ampliar la prestación de servicios y la atención a los trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias. El objetivo mundial es de reducir en una tercera parte la tasa de suicidios de aquí a 2030.